Pueblo Gallego fue
un periódico de ámbito regional de Galicia, editado en Vigo, que inició su publicación el 27 de enero de
1924 por iniciativa de la Liga de Defensores de Vigo, un grupo definido
ideológicamente como “liberal”. Por sus páginas pasaron colaboradores tan destacados como Castelao, Álvaro Cunqueiro o Plácido Castro y algunos de los más notables periodistas de aquellos años.
La dirección inicial corrió a cargo de Jorge Cadaval y la gerencia de Manuel Hidalgo. En 1927 fue nombrado como nuevo propietario de Pueblo Gallego el político y empresario galeguista, Manuel Portela Valladares, que le daría un renovado impulso. Dadas sus múltiples ocupaciones y sus largas estancias en Cataluña en un primer momento Valladares cedió la dirección a Felipe Fernández Armesto, que contaba entonces con 22 años, pero el joven periodista debió de sentirse desbordado por la responsabilidad, por lo que al final fue Portela quien tuvo que sumar este cargo a la responsabilidad empresarial que ya tenía, dirigiendo el rotativo por vía telefónica desde Barcelona.
La dirección inicial corrió a cargo de Jorge Cadaval y la gerencia de Manuel Hidalgo. En 1927 fue nombrado como nuevo propietario de Pueblo Gallego el político y empresario galeguista, Manuel Portela Valladares, que le daría un renovado impulso. Dadas sus múltiples ocupaciones y sus largas estancias en Cataluña en un primer momento Valladares cedió la dirección a Felipe Fernández Armesto, que contaba entonces con 22 años, pero el joven periodista debió de sentirse desbordado por la responsabilidad, por lo que al final fue Portela quien tuvo que sumar este cargo a la responsabilidad empresarial que ya tenía, dirigiendo el rotativo por vía telefónica desde Barcelona.
Enrique Santos Gayoso señalaba en su Historia de la Prensa en Galicia, que
Manuel Portela Valladares dirigía el periódico por carta y teléfono desde
Barcelona y que fue él el principal responsable de la publicación hasta su
anexión por ejército tras el levantamiento militar y su posterior concesión a
la Falange en enero de 1937.
A partir de ese momento el diario cambió radicalmente
su enfoque y su línea editorial y, aunque mantuvo su cabecera, dejó de ser la
misma publicación para convertirse en otra, afín al nuevo régimen.
No se ha publicado ninguna monografía sobre Pueblo Gallego, a pesar de la gran importancia que este periódico
alcanzó en Galicia en su etapa anterior a la Guerra Civil, con una
tirada de más de 30.000 ejemplares.
Existen no obstante algunas publicaciones, que no
pasan de ser aproximaciones discretas o esbozos de trabajos más amplios que
nunca llegaron a realizarse. En esa dirección apunta uno de los
primeros artículos dedicados al diario vigués. Corría a cargo del periodista Gonzalo
Rey Alar, voz autorizada para hablar de Pueblo Gallego, pues allí había iniciado su trayectoria profesional como cronista
deportivo en la etapa de Portela Valladares, para posteriormente, en los años 40, ya con el franquismo en el
poder, ascender a los cargos, primero de redactor jefe y finalmente director.
La
propuesta se quedó ahí, pues Rey Alar no volvió a realizar nuevas incursiones y
nadie recogió la antorcha en el transcurso de los años. Hubo algunas tímidas
incursiones que o bien analizaban aspectos ideológicos concretos en relación con
Pueblo Gallego o bien repasaban la trayectoria de algún insigne escritor, como
Álvaro Cunqueiro o Plácido Castro, a su paso por las páginas del periódico.
La
llegada del nuevo siglo no sirvió hasta
el momento para cubrir el vacío. Sin embargo cabe destacar dos referencias de
interés. La primera corresponde a un suplemento de La Voz de Galicia (actual
depositaria de los derechos de la histórica cabecera), que incluía una edición
especial de la antigua cabecera, publicada el 25 de julio de 2000, con un
carácter conmemorativo. La segunda y más reciente corresponde a 2016, año en el
que con motivo de la incorporación de algunos originales de Pueblo Gallego a la
exposición Galicia Cen, se le dedicó una breve reseña en el folleto informativo
del certamen, donde nada nuevo se aporta a los datos ya conocidos.
Esta
ausencia de investigaciones no deja de resultar significativa, especialmente
teniendo en cuenta que sí existen investigaciones sobre el semanario “A Nosa
Terra”, y también acerca del Partido Galeguista y la figura de Portela
Valladares donde se incluyen algunos datos sobre “Pueblo
Gallego”.
Tal vez
se encuentra Pueblo Gallego en un extraño limbo por los avatares de su
trayectoria histórica y lo que algunos investigadores, es posible que demasiado
absortos en su militancia ideológica, podrían interpretar como contrapuesto a
sus intereses.